jueves, 31 de agosto de 2017

Miriam Alvarez

                                               
                                                      Artista Robert Gonsalves

Lo que nadie toca


El agua arrastra
los días
que no existen.
Por eso,
siempre habrá
una hoja seca
aferrada a la piedra.
Flotará unos minutos
y será
tan real y tan viva
como esta mano
que escarba
lo que nadie toca.





Invisible
Ella está sola en la entrada de autos del albergue de mala muerte. Es invisible para todos, menos para él y para mí.
Tiene unas trencitas descoloridas y un saquito apretado que apenas le cubre la piel. Parece una muñeca de porcelana: mueca rígida, ojos abiertos.
Para abrir sus labios resecos por el frío y poder decir su precio, pasa su aliento por cedazo, para que no tenga grumos congelados.
La miro de costado, con un gesto vacío y me da vergüenza tropezar con la baldosa floja.
Yo con mi bolsa de pan, humillando su pancita chata de hambre. Él y yo mirándola, mientras el barrio se alborota con la salida de la escuela.
Tres nenas corren por la vereda de invierno, con su saco azul, sus medias, sus bufandas y sé que a ella le hace falta cubrirse de ese viento profundo.
Le doy un pan de mi bolsa y mi chal de lana. Ella desparece entre los tilos deshojados, con un brazo desconocido rodeándole el hombro y mi mirada de desamparo aferrada a su espalda.

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