jueves, 15 de junio de 2017

Orlando Van Bredam

                                                     Obra de W.Blake

Antología para el Foro




Adán, el terrible

“No es bueno que el hombre esté solo” dijo Jehová e hizo caer un sueño profundo sobre Adán. Mientras éste dormía, tomó una de sus costillas y con ella hizo a la mujer.

Deslumbrado por la belleza de Eva, Adán jamás echó de menos la pérdida de su costilla. Es más: con los años, y ya expulsados del Paraíso, cada vez que discutía con Eva o la encontraba avejentada o ella fingía un dolor de cabeza, Adán se arrodillaba y entre ruegos le confiaba al viejo Jehová que se sentía muy solo y aún le quedaban muchas costillas innecesarias.






Adán, el usurero


-Me debes la costilla-le dijo Adán a Eva.

Entonces, Eva cocinó, lavó, planchó, educó los hijos. Fue maestra, esclava, secretaria y prostituta.

Todavía hay millones de Evas saldando la deuda.


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