viernes, 14 de abril de 2017

Luz Rios Iribarne ©


DE MÍ


De mí han nacido versos que mi alma grita,
y reclama a mi boca que los pronuncie.
Pero mis labios necios no atinan a articular nada
frente a tus ojos las verdades de mi alma.


Luego, todos esos silencios
devoradores de palabras,
bajo la acción del tiempo mutan en sicarios,
que acechan mis labios de sol a sol,
e impiden que nuevos vocablos corrijan mis falencias…


Y cada individuo es un laberinto de historias,
pensamientos, amores y dicotomías.
Pero al haberme recluido
a la introspección demasiado tiempo
terminé encerrada en mi propio laberinto
sin poder divisar quien pueda llegar hasta aquí.
Me encuentro sola y perdida
dentro de mis propias murallas
de palabras silenciadas, sentimientos inconfesos y secretos lapidados…


Y allí vienen los sicarios.
He roto mis silencios por fin,
y me azotarán con dudas y remordimientos.
Pero aquí los espero…
ya no me siento fuerte,
pero con mi voluntad me será suficiente
para resistir una vez más.
Y mi tormento será su muerte.
Aquí estoy… que vean su suerte…


 
CAIGO


Caigo nuevamente desde la altura,
que no creía haber alcanzado…
llegué planeando, impulsada por los vientos,
y ahora que cesan,
caigo nuevamente a esta fosa común,
que nunca reconozco,
y sin embargo contiene ya tantas versiones mías…
Pero no muero esta vez…
Sólo estoy en el suelo, sin sentir el dolor aún,
pero aguardándolo, sin comprender su demora…
Quizás me encuentre en el perpetuo instante,
en que el alma se niega a desprenderse de esta corteza inactiva…
Pero no, no lo permitiré…
Llegará el dolor,
y sufriré hasta desear no regresar, pero lo haré.
Ya no quedarán en este féretro de negaciones, más de mis vidas…
 


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