lunes, 24 de agosto de 2015

Patricia Díaz Bialet

  1.  

    LA INMERSIÓN NOS REFLEJA TAL CUAL SOMOS


al hombre de flecha de imán húmedo


Debajo de ti y yo,
tú y yo, sinceramente,
tu candado ahogándose de llaves,
yo ascendiendo y sudando
y haciendo lo infinito entre tus muslos.
César Vallejo




cada vez que vuelvo a ese cubo de luz en donde flotan tus ojos submarinos
cada vez que intento devolverme a tu traje de acuanauta y a tu músculo ceñido
y que regresan las tardes de intrépidas tormentas
y mi entonces pequeño cuerpo atiborrado de cables telefónicos en una estéril cabina de un
/pueblo del sur
cada vez que reanudo la muerte de la amiga
el raso púrpura que te endulzaba el semen derrochado
o cada vez que tu dedo interminable merodea esta silla que ahora me deleita
cada vez que en posiciones extremas los ojos incautos de los vecinos se impregnan en el
/vidrio, en la maceta cómplice
cada vez que me zambullo en la opulenta carne que aún bebemos gota a gota en lo que se
/sueña
cada vez que en tu diáfana ingle de aguardiente me rozas la vida la urgencia las amarras

(era el tiempo imprevisto,
el tiempo de la cadena que aún luzco en noches de fiesta,
era tu pierna erecta como un mástil de fiebre,
el incesante automóvil hacia el hotel que todavía nace en el sur,
la duermevela con que adherimos nuestros cuerpos a través de kilómetros de espera,
el tibio escozor de aquello que perdura aunque nos duela)

cada vez que trago lo que extraigo de tu densa piel después del mar
sé que alguien conspira contra el mundo
y grita que no debo

sin embargo
yo me acerco a mi acuática mochila para olerte
como se huelen los búfalos antes de aparearse
como se huelen las camisas aún tibias de los muertos
como se huele el siempre fresco cadáver de la infancia






un pueblo en el Sur










  1. LA ALFORJA


al hombre manta de silencio




por supuesto ahora tengo mi colchón de pecados
mi estrago de sexo
mi opulento manjar de hombre que pierna a pierna crea bocas donde antes había sólo piel
/de pato




por supuesto ahora gozo de gripes comunes
de espasmo a dúo
de rociado vientre húmedo
y entonces todo lo demás cobra la dimensión de una pulga
un miligramo de droga inofensiva






ahora mido mi paso en zarpazo de pez aletargado
mi codo es sinónimo de goce en sí mismo
y casi no bebo de nadie más en días de lluvia


de Agualava

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