lunes, 24 de agosto de 2015

Eduardo Espósito

                                          Pintura G.Grosz
Celeridad

A Rafael A. Lafferty

Hay cuatro clases de hombres en el mundo
Los lampiños
Los barbudos
Los que se afeitan como Dios manda
Y los tristes pobres hombres
de la afeitadora eléctrica

Pobres niños olvidados por sus madres
a quienes jamás papá pasó pelota
Nunca una curita en el uncido rostro
Nunca una sonrisa de satisfacción padruna
jamás papel higiénico en la herida
o paños tibios a ese amor con la gillette

Pobres desmadrados
que perdieron segundos en su vida apenas
por no ganar un cielo de brochas y afiladas
Pobres hombres de besos jamás lisos
esclavos para siempre de su aceleración
Clase Turista

                           

  A Robert F. Young

Porque no estamos hechos
de carne ni de sangre como pretendemos
aunque alguno que otro traje parezca desmentirlo
Porque la humedad bisiesta de este pueblo
arropa formas innombrables y mezquinas
Y nuestras lenguas de trapo
achican dos talles en invierno
Y porque el sur también existe
                                en un afiche al menos
Porque soplamos semillas de amargon cada verano
para que alguien se eleve liviano en sus muñones
así enmohezcan los planos inclinados
Porque rezamos desnudos en las playas
y nadamos vestidos en nuestras sofocadas camas
y vacacionamos de oído
y hacemos de la fiesta una fanfarria
y porque sí
y porque el mar
y la montaña
y estas ganas de ser otro
bajo una luna parecida

Estos poemas pertenecen a un libro que se encuentra en edición en este momento: "Las Puertas de Tannhäuser", mi humilde homenaje a los maestros de la Ciencia ficción.

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