miércoles, 3 de junio de 2015

Javier Leyva Valverde


 
EL BIEN DOTADO
 Era una poza de agua cristalina extraída del subsuelo, apenas de cuatro metros cuadrados, y en medio de los cañaverales. Ahí nos remojábamos después de la faena de campo. Desnudos nos lanzábamos a sus frescas aguas, y con cinco usuarios casi copábamos la eventual bañera. 


Un lunes a medio día, como de costumbre, nos lanzamos felices a refrescarnos, pero de pronto vimos un integrante inesperado, era «el bien dotado», dio un gran salto, cayendo sorpresivamente en medio de todos, quedamos aterrados y salimos huyendo.


 Moraleja: escapa de las exageraciones.



LA PROPUESTA 

 No la conozco y ella tampoco me conoce, pero tenemos que dormir en la misma cama.


 
Entre la inconsciencia y el instinto rueda mi cuerpo hacia ella, mi pierna roza la suya, y como por impulso automático ella se aleja unos milímetros. Luego mi mano cae sobre la suya y queda inmovilizada... la dejo en mi entrepierna... La propuesta está echa. Lo toma o lo deja.

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