sábado, 21 de marzo de 2015

Mario Cesar Lamique(Argentina)

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        Sin señales de un peligro inminente



Ninguno de los dos;ni vos ni yo; estuvimos atentos a signos o señales que preanunciaran un mal próximo, una catástrofe natural, un caos provocado o una crisis que de alguna forma se asemejara a una oportunidad.

No presté atención a ningún cartel así que no puedo saber si establecían normas,avisaban peligros, reducción de calzada o simplemente prohibían avanzar.
Firmes y con dedos frágiles, en ningún momento tus manos intententaron empujar puertas de salida, "Éxit" o de Emergencia.
No sabías; es cierto; que todas ellas estaban cerradas con cadena y candado.

No hubo momento del día, ni de mañana ni de noche, en el que prestáramos atención a los gemidos de las sirenas de policía, bomberos u otros benefactores de la realidad. Ni de madrugada ni en pleno amanecer fueron escuchadas por nuestros desatentos oídos.

Cómo puede ser que no viéramos el tropel desbocado de personas en plena carrera,plena huida, lejos de su hogar.

Al otro día al despertar no leimos los diarios ni sus titulares, simplemente preparamos el desayuno pensando en nuevas maneras de escapar de lo habitual.
Recién entrada la tarde prestamos atención al silencio circundante a la quietud reinante, fue quizás por esa sensación de vacío o libertad que uno de los dos;fuiste vos? fui yo?; le dijo al otro
- me parece que estamos solos en la ciudad.

Creo que fuiste vos quien lo dijo



DE CARA AL VIENTO



Se sabia viento se notaba incorpóreo,se hacia presente en todas partes pero anhelaba sentir la contención limitante de un cuerpo.




Se conoce impulso pero busca rozar tus mejillas cuando vas a la terraza a colgar la ropa, pero ni cuenta te das ,soles confundir una caricia con una ráfaga.




Ayer desafiando una vez màs al pronostico del tiempo, con el mismo esfuerzo con el que mecía ramas y hojas,entró todo cuan viento es en una camisa colgada.

-la embolsó el viento- dijiste

La camisa con movimientos algo torpes comenzó a balancear los brazos hasta que logró desligarse de la presión de los broches.




Sus manos de brisa pudieron, al fin, acariciar tus mejillas con detenimiento y suavidad,pero, no pudo con su ser viento y en un arranque arremolinado y presagiando lluvia se lanzó en un vuelo fuerte a moderado del Sector Oeste.




Aunque nadie te lo crea se que sentiste las manos del viento y que quisiste expresarle tus sentimientos, miedos y esperanzas. Se que se agolparon las palabras intentando salir todas juntas y que ellas fueron llevadas por él.




Hoy encontraste la camisa a dos cuadras, vacía de viento y mojada por la lluvia.

La dejaste ahí.

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