martes, 3 de febrero de 2015

María Marta Donnet (Argentina)



Alumna del aire

Dicen que caminaba el silencio
y que buscaba el vacío
en la planta de los pies.
Dicen que iba dibujando el paisaje
sobre su cuerpo y tatuaba
con lengua
las agujas en el vientre.
Dicen que otoñaban sus ojos
y el frío se escurría desgarrando
el oscuro vestido de su boca.
Que gritaba
para ser escuchada en los suburbios.
Que anudaba su nombre a la garganta
para no perderse
en la eternidad.


Atónita de adioses

Reclaman mis cuerpos mis vidas
pasadas en este ahora
inhóspito
que me arrastra en un sinsentido implacable.
Extranjera en mi propia vida
invitada a presenciar
mi latido último mis muertes
más antiguas y cercanas.
¿Dónde encuentro el ocaso irremediable
de los días ?
¿Se quedó en mi viejo morir?
¿O se fue con las sandalias en la arena?
Un presente final y a destiempo
me invita
a vaciar los bolsillos hasta la última pelusa.
Desnuda para irme.
Desnuda como llegué.
Vértigo desamparado en la despedida.
¿Me digo adiós en el pecho agrietado?
De tantos golpes de puño me arrepiento
de haberos ofendido
por mi culpa por mi culpa por mi santísima culpa.
¿Yo pequé? ¿O fue el pecado mismo que me encontró?
Hay otro adiós flotando en mis ojos
otra despedida acuática. Y digo que no.
Que no recuerdo.
Y es tan sólo
para engañar el ahora.
ROB GONSALVES

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